UN AMOR DE TELENOVELA
- En un periódico de caricatura -
(Escrito por nuestra amiga Claudia Patricia García P.)

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Para aquellas personas que conocen del amor, y piensa que ya lo saben todo, que no hay nada nuevo y que todo tiene un explicación logica de la vida, existe algo nuevo, algo que nadie había escuchado antes, algo que parece una locura, pero que aunque no lo crea puede existir y peor aún, es una realidad.

Era una pequeña pájara ruiseñor que volaba sin rumbo fijo, esperando encontrar la realidad de su vida, la plenitud de sus anhelos, que no sabía el porqué de las cosas, ni la razón de su tristeza, había en ocasiones sonrisas pasajeras, sueves recuerdos y una esperanza que parecieran sucubir.

El amor, que era su mas grande ilusión, su más poderoso sueño, respiraba en buscar de él, se había engañado de espejismo, se había convertido en una gran carga, sus fuerzas ya estaban desapareciendo, ya no había instantes en que no existiera el llanto en su mirada, y su tristeza era momentos continuos.

Su vida era en busca de ese amor verdadero engañado por un astuto cuervo que la engañaba vestido de un palomo sincero que le decía que su amor para ella tenía... más que éste no era el momento adecuado.

Ella vacía, de ilusión confundida y desesperada, pensaba que no merecía encontrar ningún tipo de felicidad, y se sentía mas triste y desconsolada.

Y pensaba, que él era como una distancia no encontrada, como un suspiro no realizado, como una esperanza no existente. Que había en su momento que había en sus recuerdos, que existía en sus pensamientos.

Por otro lado existía por ahí, un palomillo, que como sus gracias había encontrado amores fugaces, que no llenaban su vida, que existían y no era su realidad, suspiraba y lloraba, porque aún cuando el amor tocaba a sus puertas constantemente, no encontraba ni la paz, ni la felicidad.

Por un instante para la sorpresa de muchos, se sentía tranquilo y esperanzado... había escuchado una voz suprema que le había dicho que el siguiente amor era el verdadero y el único que existía y que permanecería.

En un instante cruzaron sus miradas y aún cuando pareciera una locura decidieron el vuelo empezar y el camino compartir.

Una pequeña pájara ruiseñor y un palomillo. Alguien que decía que su antiguo amor no podía conquistar y alguien que decía que un amor verdadero no podia encontrar.

Y ahora unidos juntos en este nuevo empezar, sufriendo nunca, añorando siempre, porque que no era verdad que necesitara conquistar a su antiguo amor, pues el verdadero había llegado y para él su anhelo era una realidad.

Ahora ya felices y juntos, una nueva realidad se escribía y la felicidad que creía no encontrar ahora ya era una realidad.

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