PARA SIEMPRE
(Escrito por nuestra amiga María Ingrid)
Cerrando los ojos, recordaba
esos momentos tan dulces junto a él...
Con los ojos cerrados, sonreía,
recordando la tibieza de su piel...

¡Con cuánto amor, sus varoniles manos
sabían encerrar en suave mimo su carita!
¡Con cuánta ternura, con impensada suavidad,
la abrazaba hasta tenerla bien cerquita!

 ¡Y sus besos!... En las mejillas la besaba despacito,
Y en el cuello, hasta hacerla temblar de punta a punta...
Pero en la boca... ¡Ay! ¡Si le duele recordarlo!...
¡Cuánta pasión, cuánta sed, cuánta locura!

Levantó la mano despacito, y con cuidado,
se acarició los agrietados y sonrientes labios...
¿Cómo puede ser - se preguntó - mi amado,
que aún a mis noventa yo te siga extrañando?

¡Ay amor, amor! Hace tanto que te fuiste de mi lado
y sin embargo hasta ahora cuánto te amo...
Mi dulce amado, espérame en el umbral, cuando la vida
se me vaya en un supiro, y tiéndeme la mano...
Iremos de nuevo los dos juntos, sonriendo,
¡tan felices de habernos reencontrado!
Ma. Ingrid/ 2003

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