Nunca
sabes que es lo que va decir o hacer un niño, es sorprendente:
Al
autor y orador Leo Buscaglia se le solicitó una vez que fuera parte
del
jurado
para un concurso. El propósito del concurso era encontrar al niño
más
cariñoso.
El ganador fue un niño de 4 años cuyo vecino era un anciano
a quien
recientemente
le había fallecido su esposa. El niño al ver al hombre llorar,
fue
al
patio de la casa del hombre, se subió a su regazo y se sentó.
Cuando
su mamá le preguntó que le había dicho al vecino,
el pequeño niño le
contesto,
"Nada, solo le ayudé a llorar".
La
Maestra Debbie Moon de primer grado estaba discutiendo con su grupo la
pintura
de una familia. Había un niño en la pintura que
tenía el cabello de
color
diferente al del resto de los miembros de la familia. Uno de los niños
del
grupo
sugirió que el niño de la pintura era adoptado y una niña
compañera
del
grupo le dijo: "Yo sé todo de adopciones por que yo soy adoptada".
"¿Que
significa ser adoptado?" preguntó otro niño
"Significa",
dijo la niña, "que tu creces en el corazón de tu mamá
en lugar de
crecer
en su vientre".
Una
niña de 4 años con su pediatra. Mientras el doctor revisaba
los oídos de la
niña
con el otoscopio, le preguntaba: "¿Crees que me encontraré
al pájaro
Abelardo
ahí dentro?". La niña permaneció en silencio.
Enseguida
el doctor tomó el abatelenguas y revisó su garganta.
El
doctor le preguntó: "¿Crees que me encontraré al monstruo
galletero ahí dentro?",
de
nuevo la niña no contestó nada. El doctor puso el estetoscopio
en el pecho de la
niña.
Mientras escuchaba su corazón le preguntó:
"¿Crees
que escucharé a Barney ahí dentro?", "¡Oh no!" contestó
la niña. -"Jesús
está
en mi corazón. Barney esta pintado en mis calzones!"-.
Una
vez conducía hacia mi casa del trabajo, me detuve para ver un juego
de béisbol
de
las pequeñas ligas que había en un parque cercano a mi casa.
Cuando
me estaba sentando en la banca de la línea de primera base, le pregunté
a
uno
de los niños cual era el score.
"Estamos
abajo 14 a 0", contestó con una sonrisa " ¿En serio?"
le dije. "Tengo que
admitir
que no pareces muy desanimado". "¿Desanimado? " dijo el niño
con una cara
de
confusión.
"¿Por
que estar desanimado? Aún no hemos tenido turno al bate".
Siempre
que estoy decepcionada de mi vida, me detengo a pensar en el pequeño
Jamie
Scott. Jamie estaba intentando conseguir una parte en una obra en la escuela.
Su
mamá me dijo que el niño había puesto su corazón
en ello, aun así ella temía que
no
sería elegido. El día que las partes de la obra fueron repartidas,
yo estuve en la
escuela.
Jamie salió corriendo con los ojos brillantes con orgullo y emoción.
"¡Adivina
qué mamá!" gritó, y dijo las palabras que permanecerán
como una lección para
mí:
"He
sido elegido para aplaudir y animar".
Una
"Lección para el corazón" es mi hija de 10 años, Sara,
quien nació sin un músculo
de
uno de sus pies para lo cual usa un aparato todo el tiempo. Un hermoso
día de
primavera
llegó de la escuela y me dijo que había competido en las
carreras en los
eventos
competitivos de la escuela.
Debido
al soporte de su pierna empecé a pensar rápidamente en algo
que decirle para
darle
valor y animar a mi Sara, cosas que podría decir acerca de no dejar
que esto la
desanimara
pero antes de que yo pudiera decir algo, ella dijo:
"¡Papi!
¡Gané dos de las carreras!", ¡¡No podía
creerlo!! Y después dijo: "Tuve ventaja"
Ah,
lo sabía. Pensé que debieron de haberla dejado correr a la
cabeza primero que
los
demás.
Pero,
una vez más, antes de que pudiera decir una palabra, ella dijo:
"Papi, no me dejaron
correr
primero que los demás. Mi ventaja fue tener que trotar más
fuerte que los demás".
Un
testigo de Nueva York en un frío día de diciembre:
Un niño de 10 años estaba
parado
frente a una tienda de zapatos en el camino, descalzo apuntando a través
de
la
ventana y temblando de frío.
Una
señora se acercó al niño y le dijo: "Mi pequeño
amigo, ¿que estás mirando con
tanto
interés en esa ventana?".
"Le
estaba pidiendo a Dios que me diera un par de zapatos", fue la respuesta
del niño.
La
señora lo tomó de la mano y lo llevó adentro de la
tienda, le pidió al empleado
que
le diera media docena de pares de calcetines para el niño.
Preguntó
si podría darle un recipiente con agua y una toalla. El empleado
rápidamente
le
trajo lo que pidió. Ella se llevó al niño a
la parte trasera de la tienda, se quitó los
guantes,
y le lavó los pies al niño, se los secó con la toalla.
Para entonces el empleado
llegó
con los calcetines.
La
señora le puso un par de los calcetines al niño y le compró
un par de zapatos.
Juntó
el resto de pares de calcetines y se los dió al niño. Ella
acarició al niño en la
cabeza
y le dijo:
"¡No
hay duda pequeño amigo que te sientes mas cómodo ahora!".
Mientras
ella daba la vuelta para irse el niño la alcanzó de la mano,
mirándola con
lágrimas
en los ojos contesto con estas palabras: "¿Es usted la esposa de
Dios?"