DEJAR DE QUERER
(Aportación de nuestra amiga María de la Luz)

Se deja de querer, y no se sabe
Por qué se deja de querer;
Es como abrir la mano y encontrarla vacía,
Y no saber, de pronto, que cosa se nos fué.

Se deja de querer, y es como un río
Cuya corriente fresca ya no calma la sed,
Como andar en otoño sobre las hojas secas,
Y pisar la hoja verde que no debió caer.

Se deja de querer, y es como un ciego
Que aun dice adiós, llorando, después que pasó el tren;
O como quien despierta recordando un camino,
Pero ya sólo sabe que regresó por el.

Se deja de querer, como quien deja
De andar por una calle, sin razón, sin saber;
Y es hallar un diamante brillando en el rocío,
Y que, ya al recogerlo se evapore también.

Se deja de querer, y es como un viaje
Detenido en la sombra, sin seguir ni volver;
Y es cortar una rosa para adornar la mesa,
Y que el viento deshoje la rosa en el mantel.
 

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