LA NAVIDAD DE UN NIÑO
(aportación de nuestra amiga Rosy Cabrera)

Otra vez son tiempos de Navidad, otro año que se nos va y muy rápido para
los que ya pasamos los 30 y picos,  y otra Navidad, por fin, para los niños que
esperan  con tanta felicidad la noche del 24 y poder abrir los paquetes que día
a día van apareciendo bajo nuestros  arboles navideños.

Tener un niño de 5 en casa creo es una experiencia maravillosa, mas aún para
los padres que recién andamos en el camino de hacer crecer al primer hijo.
Aquella personita por la cual debes saber los nombres de los 151 pókemon
(se vienen 200 mas), los nombres de los niños elegidos de Digimon, los grandes
experimentos de Dexter o la variedad de hombres araña modernos (en mi época
era solo uno) realmente recién a ésta edad toma mayor conciencia de lo que es
celebrar  una Navidad, con mucha más fuerza que en años anteriores.

Desde Noviembre, cuando ya aparecen los primeros anuncios de los juguetes en
la tele, o te envían los encartes de Saga, Ripley y Wong; la tarea del hijo todos los
domingos es escoger los juguetes que "mis papas compraran y le darán a papa
noel para que me traiga"  y recortar las figuritas.

La televisión por cable también les da un mayor espacio de elección. Es allí donde
se impone la tarea de explicarles que cuando en la publicidad dicen "comprá, jugá,
vení", esos juguetes sólo se venden en Argentina.

También la iluminación y decoración pre-navideña de las calles, así como los
cientos de papa noel que aparecen en centros comerciales y avenidas (de todo
color y tamaño de barriga) son otra señal que "el día que me darán mis juguetes
nuevos" se acerca.

Sin embargo, a los padres nos queda la gran tarea de todo esto: explicarles a
los hijos  qué se celebra en la Navidad. Pero la  labor para que el niño se
interese en escuchar, entender, preguntar y tomar en cuenta no es nada fácil.

A la vez, es la mejor época para aprender del niño, de la sencillez con que ven
las cosas (pero papá, pídele la plata al cajero del banco y me compras todo), la
esperanza ( ya falta poco para la Navidad ¿no papá?), Su fe (estoy seguro que
papa noel me traerá todo lo que yo quiero), de su compromiso (si me trae todo me
portare bien todos los días), de sus ganas de unir a todos (pero papá, dile a los
abuelitos y a mis tíos que vengan a la casa); Todos ellos sentimientos ligados a
lo que es la verdadera Navidad, lo cual me hace pensar que el niño de 5 años
tiene cosas mas importantes que enseñarme o recordarme de las que yo a él.

Y creo que para aprender del pequeño, la mejor manera es ponerse en el papel
del pequeño, tratar de sentir lo que él siente, pensar en lo que piensa, preguntar y
preguntar hasta explorar la raíz de sus ideas, entenderlo y escucharlo sin criticar
sus puntos de vista, compartir nuestros  puntos de vista con total apertura, confiar
y dar confianza, no dejar que en nuestras cabezas queden ideas que no salen por
la boca, discutir pero nunca pelear, aceptar nuestras diferencias. Esto es darse al
máximo, esto es la Navidad.

Que fácil sería la vida si en nuestros hogares, en nuestros trabajos, en nuestros
clubes, en donde sea, practicáramos todos estos "ejercicios" que sólo a veces la
Navidad nos los recuerda. No cuesta nada y se siente muy cómodo, hagámoslo;
pero todos, sino no resulta.

 No esperemos un día al año para ser como queremos ser.   ¿Acaso sólo el 28 de
Julio nos sentimos peruanos?.

Tampoco esperemos la próxima vida y volver a ser niños, porque nunca recordamos
las lecciones de las vidas anteriores.

Siéntanse libres siempre. Si quieren saltar, háganlo; si quieren caminar sin zapatos,
háganlo; si quieren reír y gritar, háganlo, si se quieren parar de cabeza.  Háganlo, y
si no pueden solos, busquen una buena pared donde apoyarse (siempre hay una);
pero también siéntanse libres de pensamiento y de sentimiento.

Les deseo lo mejor a todos y espero que el sentimiento de una feliz Navidad no lo
reciban como unas palabras de nadie, sino que cada uno lo construya en su corazón
y el de su gente amada, éste 25 de Diciembre y todos los días de sus vidas.