El padre de mis hijos es un hombre como cualquier otro, pero por el hecho de ser el padre de mis hijos es el hombre más cariñoso y bueno.El PADRE DE MIS HIJOS
(Colaboración de Elizabeth)
Es el que se convierte en un conejo parlante cuando los niños se creen ositos, perritos, gatitos de peluche.
El es el más rápido del mundo cuando los pasea en bicicleta.
Es el que nunca se cansa de enseñarles todo lo bello que nos da la naturaleza, el encanto de lanzar una piedra al río, de llenar los pulmones de aire fresco y limpio del campo, de ver las estrellas centellando en la noche...
También es el que los castiga cuando ellos se portan mal; sé que a veces a ojos de cualquiera que lo mire cuando los reprende puede parecer demasiado duro, pero es más duro ver al paso de los años cuando al hijo ya no se le puede enderezar su camino, sabiendo que pudimos enseñarlo a obedecer y a ir por el camino del bien desde niño.
Es su maestro para enseñarles el significado de palabras como: "agradecimiento", "amar", "compartir", "perdonar", "obedecer", "ser feliz".
¡Cuánto me hubiera gustado tener un padre como el de mis hijos! pero, ni siquiera lo conozco.
Dios mío, ¡gracias por darles este papá a ellos!
Gracias,
Elías, por ser el padre de mis hijos.