¿Qué quiere decir "México"? La palabra México es idéntica en muchas lenguas,En el ombligo de la luna
Autor: Néstor Armstrong.
Publicado en el periódico EL NORTE el 7 de Septiembre de 1999.
Me ardió la cara de vergüenza. Sentí cómo me
subían y me bajaban los colores.
Era una pregunta tan simple, y, sin embargo, en el momento en que la escuché
mi mente
se llenó de confusión.
¡Cómo no iba a conocer la respuesta! Pero en mi interior sabía que la ignoraba.
Yo, que aquí nací, que me considero mexicano, no pude responder.
Es el lugar donde
nacieron mis hijos, donde con toda probabilidad he de morir y ser sepultado,
y no pude
contestar. ¿Tú podrías? A ver, ¿Qué
significa la palabra "México"?
Nos decimos mexicanos y la mayoría de nosotros no podemos contestar
esta simple
pregunta. ¿Cómo queremos tener un proyecto de nación?
¿Cómo podemos decir que
somos un país cuando ignoramos algo tan elemental? Ah, ¿sí
sabes? Pues una
disculpa, pero te aseguro que eres uno entre miles.
Por otro lado, si desconoces la respuesta imagínate cómo
estarán los demás. Porque
una cosa te digo, el solo hecho de que estés leyendo esto te coloca
dentro de una
minoría. No perteneces a la gran masa de mexicanos que o no saben
leer o se limitan
a leer la nota roja, a ellos los editoriales les tienen muy sin cuidado.
Nadie puede amar lo que no conoce. Por eso, para lograr entre los mexicanos
mayor
unidad, mayor patriotismo, es indispensable que todos sepamos más
acerca de nuestra
patria, en especial de su historia.
Si tu experiencia escolar es parecida a la mía, la historia de México
-prehispánica colonial
y moderna- no es otra cosa que una confusión de fechas, personas
y lugares. Eventos en
apariencia inconexos y extirpados de nuestra realidad cotidiana.
Con eso como base, es lógico que no nos demos cuenta cómo
la explicación de mucho de
lo que ocurre hoy en nuestro país tiene su origen en la historia.
Por ejemplo, el Federalismo
centralista que padecemos puede provenir -al menos en parte- del sistema
centralista que
practicaron precisamente los Aztecas.
Pero, ¿quién quiere estudiar a un pueblo de bárbaros
que practicaban los sacrificios
humanos, ¿verdad? Porque de eso sí nos acordamos. Es lo primero
que viene a la mente
cuando pensamos en los Aztecas, el asesinato ritual. Para empezar,
existieron muchas
otras tribus además de los Aztecas. Por otra parte, desarrollaron
también una cultura rica en
arte, poesía, mitología y ciencias. Fueron hábiles
e ingeniosos constructores; fieros y astutos
guerreros.
Cuando llegaron los españoles, la ciudad de Tenochtitlán
contaba con más de ciento cincuenta
mil habitantes. Algunos cálculos elevan la cifra hasta trescientos
mil. Era, sin lugar a dudas,
una de las ciudades más pobladas del mundo en aquella fecha.
La verdad es que vivimos
desconectados de nuestras raíces.
Desconocemos en gran medida nuestro pasado. Lo peor es que no nos importa,
lo suponemos
un conocimiento inútil. En eso tuvo éxito Hernán Cortés.
Se cuenta que un día Cortés vio a un indio tocando el caracol
frente a los restos de una
pirámide recién derrumbada. En ese momento supo que no podía
dejar la ciudad como estaba.
Decidió construir una nueva sobre las ruinas de Tenochtitlán.
No hacerlo hubiera sido dejar un
monumento a la grandeza de los Aztecas, sería un recordatorio constante.
Tarde o temprano eso
invitaría a los indios a organizarse para recuperar su esplendor.
Ese día él se propuso borrar de
la memoria de los indios la gran Tenochtitlán, por lo visto lo logró.
Otro ejemplo de nuestro analfabetismo patrio es el emblema nacional: un
águila
luchando con una serpiente. ¿Sabes qué significa? Alguien
podría decir que lo
adoptamos porque fue la señal utilizada por los sacerdotes aztecas
para determinar
dónde fundar la ciudad de Tenochtitlán. Eso no contesta mi
pregunta.
¿Qué significa?
Aunque normalmente decimos que el águila está devorando a
la serpiente, si observas
con cuidado te darás cuenta que la batalla no ha terminado. La serpiente
no cuelga inerte
del pico del ave, más bien parece que se prepara para lanzarle una
dentellada a la cabeza.
Se trata en verdad de una lucha. Piénsalo, un ave luchando con un
reptil. Lo que vuela
contra lo que se arrastra. Estás ante uno de los conceptos
filosóficos más antiguos de la
humanidad: la lucha de los opuestos, la luz contra las tinieblas. En otro
plano, el bien contra
el mal. Equivale al conocido círculo con dos áreas, una blanca
y otra negra, el yin-yang de
los orientales. Te confieso que me emocionó conocer el bello simbolismo
encerrado en
nuestro emblema nacional.
Este mes tendrás muchas oportunidades de observar nuestro escudo,
ojalá que después de
leer esto lo veas de manera diferente. Comparte tus ideas al respecto con
tu familia, con tus
amigos. Que no te dé pena saber acerca de tu patria y sus símbolos.
También es de ellos,
pero no lo saben. Quizá no quieren saberlo.
Cada septiembre nuestra ciudad se viste de luces y banderas. Como
si poniendo adornos
justificaramos la falta de conocimiento y de lealtad a nuestra historia.
Tal parece que tratamos
de maquillar la ignorancia con adornos de colores.
Como nación necesitamos una identidad, desgraciadamente es fecha
que no la hemos podido
desarrollar. Por eso somos presa fácil de la cultura estadounidense,
se las pedimos prestada
porque a nosotros nos falta. No es que carezcamos de la materia prima para
crearla, es que
renegamos de nuestros orígenes.
El pasado determina nuestro presente y éste tiene mucho que ver
en nuestro futuro. Según
he escuchado, los pueblos que olvidan su historia están condenados
a repetirla. ¿Quieres
condenar a tus hijos a repetir nuestra historia? El camino para evitarlo
está en la educación.
Septiembre es una estupenda oportunidad para sembrar en nuestros hijos
el amor y el respeto
a sus raices. Esta es parte importante de nuestra responsabilidad. Si no
lo hacemos, puede
ser que estemos educando hijos que el dia de mañana se sientan extranjeros
en su propio
suelo.
¿Qué quiere decir "México"? La palabra México
es idéntica en muchas lenguas, tales como la
Mixteca, Otomí, Pame y Tarasca. Se compone de tres vocablos
náhuatl: "Metx(tli)", que significa
luna, "xic(tli)", que quiere decir ombligo, y "co", que se traduce como
"en". Por lo tanto, México
significa, literalmente, "En el Ombligo de la Luna".
Ahí es donde vivimos tú y yo.
El único lugar en el mundo que podemos llamar nuestra patria.
El único donde jamás seremos extranjeros.
Amalo o déjalo, ya basta de medias tintas.