Casi nadie se ha casado con el primer amor de su vida, pero Elizabeth y yo si nos casamos... pero eso fue en otro universo...EL PRIMER AMOR DE MI VIDA
(Escrito por nuestro amigo Daniel Ramírez Meléndez)Me quedé en el recuerdo de Elizabeth, la niña fallida, mi novia muerta, la mujer que estaba destinada para mi, el alma que desde remotos lugares y tiempos fue fundida con la mía, el alma que espero encontrar en otra vida...
Me quede en el amor de Elizabeth, me quede en el recuerdo de Elizabeth, me quede en la sonrisa de Elizabeth, me quede en su cabello negro y ondulado, en sus ojos negros, en sus ilusiones, en sus sueños, en sus deseos, en su mirada triste, en su amor, me quede en la vida de Elizabeth, me quede en la muerte de Elizabeth.
Me quede con una culpa infinita, con una tristeza infinita, nunca logre quitar la tristeza que había en su mirada, que ensombrecía su vida, quizás es por que en el fondo nunca logre entender plenamente de donde venia esa tristeza.
Iba en una ocasión caminando en la calle, recorría la ciudad, de norte a sur, de oriente a poniente, me introducía en lugares extraordinarios en los que pasaban cosas extraordinarias.
Así como a veces soy bueno y a veces soy malo, a veces soy constructor y otras destructor, a veces soy noble y otras soy ruin, para comer a veces soy desempleado, y algunas veces como en aquella ocasión soy cobrador.
Y sucedió que era un mal día, no había cobrado nada... quizás no es que no hubiera clientes dispuestos a pagar sus cuentas, mas bien es que ese día quería estar solo, deseaba solo caminar para poder pensar en lo único que realmente importa en mi vida: Elizabeth.
Pasó cuando caminaba por la colonia en donde viví, era como la una de la tarde cuando vi a alguien a solo unos metros de mi, iba a seguir de frente, pero súbitamente me detuve, no podía ser... era ella, era Elizabeth, era la misma niña; es decir, ya no era la niña de catorce años... ahora era una mujer de unos veintisiete años, pero aun seguía siendo hermosa... y junto con ella una niña... la niña tendría unos ocho años y era lindisima, tenia sus mismos ojos, su mismo cabello, era como la misma Elizabeth a esa edad... pero feliz vi que en el fondo de su mirada no había tristeza.
Pero... ¿no habíamos quedado en que Elizabeth se murió hace muchos años? ¿que nunca culminamos nuestro amor?
La niñita era hermosa... bien podría ser nuestra hija... entendí que debía volver a la realidad... evidentemente era una mujer muy parecida a Elizabeth, y una niña muy parecida a la hija que pudimos tener.
La niña me habló de forma familiar...
- Llévame a la escuela...
No me dijo a que escuela debía llevarla... pero como si su destino fuera mi destino muerto la llevé a la escuela en la que sin duda hubiera inscrito a mi hija no nacida... a la vieja escuela de la unidad habitacional donde nací, donde nació Elizabeth, donde crecí, donde creció Elizabeth, donde nos conocimos, donde nos amamos, donde soñamos... donde viví, donde ella murió...
Y he aquí que al llegar frente a la escuela la niña me dijo:
- Gracias - me dio un beso en la mejilla y entró:
Pero ella, su mama se quedó a mi lado, no atinaba que decir...
- Bueno... adiós... - dije por fin -
- ¿De que te sorprendes? soy yo... y ella es Lilith, nuestra hija...
- Pero Elizabeth, - le dije - tu estas muerta... ella no nació nunca... la soñamos, pero nunca llegó...
- Si, si nació...
- ¿Cuándo?
En una de esas ocasiones que nos encontramos en el mundo de los sueños... tu y yo nos amamos tanto que aun estamos juntos, la deseamos tanto que nació, es tan real que la acabas de dejar en la escuela...
- Pero... ¿cómo? ¿cuándo? ¿dónde?
- Fue ese día que fuimos a los volcanes, que nos sorprendió la noche, que hacia tanto frío que nos juntamos para sentir calor, y que sentimos tanto calor que nos desnudamos... y que nos sentíamos tan solos que nos amamos... ese día ella se hizo realidad en mi ser y en tu alma... nueve meses después nació... nuestra niña... nuestra hijita...
- ¿En dónde estaban que apenas la conozco?
- Estamos en otro universo... en el universo de lo que pudo ser y que es... por que el amor es tan grande que nunca podrá dejar de ser...
- ¿Ya no te volverás a ir?
- Si... me tengo que ir... por que yo no soy de aquí... nuestra niña no es de aquí... hemos venido para saber si quieres venirte con nosotras a nuestro universo...
- ¿Y como puedo ir a ese universo? ¿negando la vida? ¿negando la realidad?
- Solo es desearlo... es burlarse de los pliegues del tiempo, es burlarse del destino... has de saber que la posibilidad de universos es infinita, y en uno de ellos estamos nosotras pero no estas tu... y es que tu solo vienes cuando el dolor te impulsa a llorar, cuando el llanto te impulsa a soñar y huir de este mundo, es cuando nos volvemos a ver... cuando vienes a nosotras, cuando soñamos con ir otra vez a los volcanes...
- Y ¿cómo es ella? ¿cómo es nuestra Lilith?
- Es una niña feliz... tu sabes que yo no podía ser feliz, decidí que ella no crecería con los fantasmas con los que crecimos nosotros dos y que sería feliz.... y lo es... ella baila, ella salta, ríe, ¿viste su mirada? realmente hay alegría, la alegría que tu y yo no conocemos, pero ella ya esta creciendo, muy pronto va a entender que tu vienes a vernos muy ocasionalmente y que sus amiguitos tienen a sus papas siempre juntos... y no sé... eso podría afectarle... y yo no quiero que sea una niña triste...
- Elizabeth, me iré con ustedes... quiero ser feliz...
- Estas llegando al punto en el que tal cosa puede suceder... los carros van a muchos kilómetros por hora, tienes la opción de bajar de la banqueta... quizás lanzarte desde el puente peatonal...
***************************************
La tristeza es una locura, es un laberinto de la mente que nos puede llevar a perdernos, quien sabe si hay o no universos paralelos, si hay cielo o paraíso; el haber perdido a Elizabeth me volvió loco y me hizo partir en su búsqueda, hace muchos años en algún lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiere acordarse Cervantes un hombre enloqueció tras leer muchos libros de caballeros, y decidió ir a emular las aventuras de sus héroes, hoy en el siglo XXI yo enloquecí tras ir al mundo de la fantasía en busca de Elizabeth, en mis fantasías la encontraba y la amaba, en mis sueños viví con ella lo que en vida no fue posible vivir tras su súbita desaparición, y como a Don Quijote me sucedió que en algún momento me perdí de la realidad, confundí los sueños con la vida real, y es por eso que vi a Elizabeth, es por eso que vi a la niña que nunca tuvimos, en el deseo de seguirla al mundo aquel en el que ellas dos viven intenté lanzarme a los carros que iban a gran velocidad.
Pero no logré entrar a ese otro universo paralelo, un policía me detuvo; y en ese universo paralelo Elizabeth ve como Lilith va creciendo en esa misma sociedad paralela que le va a cuestionar muy pronto que por que su papá no vive con ellas... y quien sabe que pasará con nuestra niñita. Si... la tristeza es una locura...