GRACIAS PADRE
(Escrito por nuestra amiga Maria Ingrid)

Gracias Padre...

Estuve nadando mucho estos días... Disfrutando plenamente de la preciosa sensación del agua fría y del sol ardiente de este extraño comienzo de otoño.

Esta tarde, con el cielo nublado anunciando quizás una próxima lluvia, igual fui a nadar. Pero sola, porque Manuela, la señora que está conmigo ya hace más de 20 años le teme un poco al agua fría... De vez en cuando, de reojo, la veía controlarme desde la galería. Me vigila y me cuida porque me quiere como a una hermana (igualmente yo) y porque mamá se lo pidió muy expresamente antes de partir. "Manuela, cuida a mi hija, por favor"... Así le dijo.

Como siempre que me quedo sola en la pileta, me puse a meditar. Y me vino a la mente el tema del perdón.
Con seguridad que es un punto más que importante en nuestro camino, y cuántas veces tropezamos con nuestros sentimientos, tan encontrados, de amor, enojo y dificultad para perdonar...
"¡Ay!", me dije, ¿cómo es posible que no hayamos comprendido que habiendo superado ésto, todo, todo se hace tanto más fácil?...

Perdón Padre mío, porque digo que AMO y hay tantas cosas que aún no llego a perdonar. Porque perdonar es casi como olvidarlo, ¿no? Pues confieso que hay asuntos que no logro olvidar...
Oía el canto de algunos milanos que se agitaban muy alto en un vuelo circular; sentía la frescura de una brisa que iba creciendo y el olor de la vegetación anhelante del agua, me invadía. Me sentí tan grande y tan chiquita. ¡Tan unida a todo! Y el Amor me inundó hasta hacerme llorar quietamente... En ese momento todo lo que me rodeaba me abrazó cariñosamente con una tibieza que sabía a vientre materno, y lloré más.

Gracias Padre, por este sublime momento de comprensión. Gracias Padre, porque me has permitido esta comunión magnífica. Gracias.

Amén.

Ma.Ingrid/abril 2004