Lo siento mucho papa, porque creo que ésta es la última vez que me podré dirigir a ti. En serio loMI FUTURO ASESINO
(Aportación de nuestro amigo José Gpe. Torres)
siento mucho. Es tiempo de que sepas la verdad.Voy a ser breve y claro: la droga me mató papá.
Conocí a mis asesinos a eso de los 15 o 16 años. Es horrible. ¿No es cierto? ¿Sabes como fue?
Un ciudadano elegantemente vestido, muy elegante realmente, y que se expresaba muy bien nos presentó a
nuestro futuro asesino, la droga. Yo intenté rechazarla, de veras lo intenté, pero éste señor se
metió en mi dignidad diciendome que yo no era hombre.No es necesario que diga nada más, ¿no es cierto?...
Ingresé al mundo de las drogas. No hacía nada sin que las drogas estuvieran presentes. Yo sentía que las
demás personas y la droga, mi amiga, sonreian y sonreian...¿Sabes papa?, cuando uno comienza, encuentra todo ridículo y muy divertido.
Incluso a Dios lo encontraba ridiculo.
Hoy, en este hospital reconozco que Dios es lo más importante en el mundo, sé que sin su ayuda no estaría
escribiendo lo que escribo. Papa, no vas a creerlo, pero la vida de un drogadicto es terrible.Uno se siente desgarrado por dentro. Es terrible y todos los jovenes deben saberlo para no entrar en eso.
Yo no puedo dar tres pasos sin cansarme. Los médicos me dicen que me voy a curar; pero cuando salen del cuarto mueven la cabeza.
Papa, solo tengo 19 anos y sé que no tengo chance de vivir. Es muy tarde para mi, pero tengo un último
pedido para hacerte:Habla a todos los jovenes que conoces y muéstrales esta carta. Diles que en cada puerta de los colegios y
en cualquier aula, en cada facultad, en cada boliche o en cualquier lugar, puede haber siempre un hombre elegante que va a mostrarles a su futuro asesino, el que destruirá sus vidas.Por favor, haz eso papa, antes de que sea demasiado tarde para ellos tambien.
Perdóname papi, ya sufrí demasiado. Perdóname por hacerte sufrir tambien con locuras.
Adios, Querido papá"
El autor de esta carta fallecio a pocos dias de escribirla, por abuso de drogas. Esta carta fue
publicada en la ciudad de Tandil en Octubre de 1996.SI DIVULGANDO ESTA CARTA CONSIGUIERAMOS SALVAR SOLO UNA VIDA, HABRA VALIDO LA PENA.