Era un día común y corriente como todos los demás, pero tal vez no, porque ese día era mi cumpleaños y yo sabía que mis padres me iban a dar un regalo y el regalo que yo esperaba que mis padres me dieran era de un perro... ó sea una mascota con quien compartir secretos que nunca se revelarían, y cosas, bueno, juegos que compartir.LAS MEJORES AMIGAS
(Escrito por nuestra amiga
Martha Elena Mata Ceballo)Después, en la tarde, yo esperando a que mis papas volvieran para festejar mi cumpleaños, yo sentada en una roca en el patio de mi casa ansiosa de ver el regalo que me traían mis padres, entonces que llega el carro de la casa con mi mamá y mi papá, a mí se me iluminaron los ojos de felicidad.
Cuando mi mamá iba saliendo del carro con una caja enorme me dije a mi misma: ¿será acaso el perro que tanto he esperado? pero cuando mi mamá me lo entregó junto con mi papá, yo emocionada abrí la caja rompiendo el papel decorativo, y al llegar al cartón, abrí rápido la caja y me di cuenta de que no era un perro, ni una barbie, ni juguetes, ni nada de lo que yo pensaba que era y lo que había en la caja era un foto de mi familia.
Entonces yo comprendí que mi mejor compañía no era un perro, ni un gato, ni una barbie, ni joyas ni nada por el estilo, entonces yo comprendí que mi mejor compañía era mi familia, la misma que me alentó a decir mis propias palabras cuando tenía problemas, cuando estaba triste, ellos estuvieron en los momentos más felices de mi vida y por eso ellos son mi mejor compañía.
Y espero que esta historia les ayude a comprender que no es la mejor compañía aquel que te mete a las drogas, ni el que se va de pinta contigo, ni el que te anima a tener novio, ni ninguna de esas compañías son buenas... tan buenas como la familia.
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