Si tienes un amigo, has merecido un don divino. La amistad leal, sincera, desinteresada, es la verdadera comunión de las alma. Es más fuerte que el amor, por que este suele ser celoso, egoísta y vulnerable. La verdadera amistad perdura y se fortalece a través del tiempo y la distancia.LA AMISTAD
(aportación de nuestra amiga Lucía Orozco)No se necesita ver frecuentemente al amigo para que la amistad perdure; basta saber que este responderá cuando sea necesario, con un acto de afecto, de comprensión y aun de sacrificio.
La amistad no se conquista, no se impone; se cultiva como una flor; se abona con pequeños detalles de cortesía, de ternura y de lealtad; se riega con las aguas vivas de desinterés y de cariño silencioso. No importan las distancias, los niveles sociales, los años o las culturas. La amistad lo borra todo.
El recuerdo del amigo lejano, del amigo de la niñez o el de la juventud, produce la intima alegría de haberlo conocido. Nuestra vida se enriqueció con su contacto por breve que haya sido.
La felicidad del amigo nos da felicidad. Sus penas se vuelven nuestras por que hay un maravilloso lazo invisible que une a los amigos. La amistad es bella sobre toda ponderación.
Para el que tiene un amigo, no existe la soledad.
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